En el partido de La Costa, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, se encuentra Mar de Ajó. A partir de la década de 1930 comenzó de manera muy tímida a definirse como un lugar de permanencia para un pequeño grupo de personas que encontraron allí un lugar de tranquilidad.

Por eso, no es de extrañar que algunos lugares lleven los nombres de algunos lugares, como el barrio Pedro Rocco, que fue uno de los fundadores y dueño de la “Casa Barco” que se encuentra actualmente en las intersecciones de las calles Torino y Belgrano.

“El Silvio” es otra zona que llama la atención. Se ubica en Brown y Calvetti y allí se levantó el primer hotel de la zona, dedicado a los tímidos turistas que se aventuraban a esta zona.

La pesca ocupa un lugar muy especial en la vida cotidiana del pueblo, tanto para los locales como para quienes lo visitan en búsqueda de relajación.

De hecho, cuenta con un muelle de pesca preparado especialmente para recibir a decenas de pescadores amateurs y profesionales. Además, se puede combinar dicha actividad con turismo aventura en vehículos 4×4 y caminatas en senderos y tranquilas calles en sus alrededores.

Una buena opción, además de disfrutar del mar y de la exquisita gastronomía regional, es visitar las lagunas cercanas, como la Salada Grande o Los Horcones.

Por otro lado, la Av. Costanera permite al turista la posibilidad de recorrer Mar de Ajó en todo su esplendor, pudiendo conocer distintos balnearios como en de Almería, San Rafael y Solana, mientras se visita algunos típicos locales costeros.

Como curiosidad, cerca de la costa también pueden observarse los restos de la embarcación de bandera alemana Marguerithe, que naufragó en un viaje regular entre Europa y el Pacífico, pasando a través del Estrecho de Magallanes, en 1880.

Otra opción a tener en cuenta son las dunas, que se ubican a apenas 20 kilómetros al sur.